El yute se cultiva fundamentalmente en el área de Bengala (India y Bangladesh), además de China, Tailandia, etc.. Tradicionalmente cultivado con el método de rotación de cultivos, el cultivo de yute no necesita de irrigación por lo que su huella hídrica es muy baja, necesita un menor aporte de fertilizantes, herbicidas y pesticidas y mejora la condición del suelo. Además, una hectárea de plantas de yute consume 15 toneladas de dióxido de carbono y libera 11 toneladas de oxígeno a la atmósfera, no generándose gases tóxicos durante su combustión.